(Parte I)
Tal como hemos indicado en distintas Notas, el escritor, educador, economista agrario y diplomático japonés Inazo NITOBE (1862 – 1933) ha sido uno de los autores más contribuyeron al mejor conocimiento del Japón en general y del Ju-jutsu / Judo en particular a principios del Siglo XX, especialmente después de la Guerra Ruso-japonesa (1904 – 1905) que acrecentó el interés por este país pequeño, lejano y casi desconocido que acababa de vencer a 2 potencias como China y Rusia, a través de su libro “Bushido: The Soul of Japan” (Bushido: el alma del Japón) escrito en inglés y publicado en los Estados Unidos en el año 1899.
Si bien NITOBE y su obra han tenido críticos y detractores tanto japoneses como extranjeros, no hay dudas que este libro “Bushido: The Soul of Japan” concebido pensando en el lector occidental para que se entienda la conducta y la idiosincrasia del japonés se convirtió en un libro de lectura casi obligada por todo intelectual interesado en Japón, transformándose en un best seller traducido en distintos idiomas y continúa siendo aún un libro de consulta.
Asimismo, su contribución directa al conocimiento y difusión del Ju-jutsu (Judo) fue su mención en el capítulo “Educación y Enseñanza de un Samurai” donde indica “El Ju-jutsu puede definirse brevemente como la aplicación del conocimiento anatómico a los fines ofensivos y defensivos. Difiere del pugilato, en que no depende de la fuerza muscular. Difiere de otras formas de ataque porque no emplea arma alguna. Su objetivo no es matar, sino incapacitar para la acción durante algún tiempo”.
Nitobe (arriba y abajo) y su obra (centro)
Además, no hay ninguna duda que las 7 virtudes del Bushido presentadas por NITOBE (1) Rectitud o Justicia (gi), (2) Respeto o cortesía (rei), (3) Coraje (yu), (4) Honor (meiyo), (5) Benevolencia (jin), (6) Sinceridad (makoto) y (7) Lealtad (chugi) inspiraron a los 8 valores del Código Moral del Judo, (1) Amistad (yujo), (2) Autocontrol (jisei), (3) Cortesía (reigi), (4) Coraje (yuki), (5) Honor (meiyo), (6) Modestia (kenkyo), (7) Respeto (sonkei) y (8) Sinceridad (makoto), incorporado por el Judo Francés en el año 1985 y que, posteriormente, fue adoptado por la Federación Internacional de Judo (IJF) como una forma de diferenciar al Judo, por su componente educativo, como “algo más que un deporte”.
NITOBE terminó de escribir su libro “Bushido: The Soul of Japan”, a los 37 años de edad mientras se encontraba convaleciente de un problema de salud en el Estado de California, al igual que su esposa.
Nació el 1 de setiembre de 1862 en la ciudad de Morioka, de la actual prefectura de Iwate, al norte de Japón, siendo el 3er hijo de una eminente familia de samuráis. Su padre falleció cuando tenía 6 años y a los 9 años, fue adoptado por su tío Tokutoshi OTA que vivía en Tokyo y a quien dedicó su libro “Bushido: The Soul of Japan”. En Tokyo, ingresó a una academia de idioma inglés y a los 13 años, a la Escuela de Idioma Inglés de Tokyo. A los 15 años (1877) ingresó a la Escuela Agrícola de Sapporo (actual Universidad de Hokkaido). Fue en esta etapa que NITOBE se convirtió al cristianismo, bajo la fuerte influencia de William S. CLARK (1826 – 1886), fundador y primer vice-decano de la escuela quien ya había retornado a los Estados Unidos. Una vez graduado y tras un breve paso por el Gobierno de Hokkaido, ingresó a la Facultad de Agricultura de la Universidad Imperial de Tokyo que abandonó desilusionado por el bajo nivel de las investigaciones que allí se realizaban. En 1884, viajó por su cuenta a los Estados Unidos e ingresó a la Universidad JOHNS HOPKINS, situada en Baltimore, Estado de Maryland. En 1877, fue nombrado profesor asistente de la Escuela de Agricultura de Sapporo que lo envíó a Alemania a continuar sus estudios y obtener el doctorado de economía agraria. En Alemania, tras un breve paso por la Universidad de Bonn, en 1890, obtuvo su primer doctorado en la Universidad de Halle. Al año siguiente, durante el viaje de regreso a Japón, se casó en Filadelfia con Mary ELKINTON (1857 -1938) a quien había conocido en la Iglesia de los Amigos (cuáqueros) durante su estancia anterior en los Estados Unidos. Una vez de regreso a Japón, en 1891, dictó clases en la Universidad Imperial de Hokkaido, posteriormente en la Universidad Imperial de Kioto (1904) y finalmente, en la Universidad Imperial de Tokio (1906). Entre 1906 y 1913, fue también director de la Escuela Superior Primera y en el año 1918, fue fundador y primer rector de la Universidad Cristiana de Mujeres de Tokyo.
Nitobe y su esposa Mary Elkinton (izq.) y su esposa (der.)
En 1901, fue designado asesor técnico del Gobierno Colonial Japonés en Taiwán, donde dirigió la Oficina del Azúcar. En 1919, fue nombrado Subsecretario General de la Liga de Las Naciones con sede en Ginebra (Suiza) creado por el Tratado de Versalles firmado el 28 de junio de 1919, cargo que ejerció durante 7 años, entre 1919 y 1926. Llegó a ser director de la Sección de Oficinas Internacionales, bajo cuyos auspicios se fundó la Comisión Internacional de Cooperación Intelectual (cuyo instituto parisino se convirtió en UNESCO en 1946 por mandato de las Naciones Unidas).
En octubre de 1933, asistió a una conferencia en Banff, Alberta (Canadá), del Instituto de Relaciones del Pacífico y en el viaje de regreso, se agravó su cuadro de neumonía por lo que fue trasladado de urgencia al Hospital Royal Jubilee en Victoria, Columbia Británica (Canadá) donde falleció el 15 de octubre de 1933. Su esposa Mary vivió en Japón hasta su muerte en 1938, compiló y editó muchos de los manuscritos inéditos de su esposo, incluidas sus memorias. de la primera infancia, y contribuyó en gran medida a la preservación de sus escritos. Sus restos descansan en el cementerio “Tamarei-en” de la ciudad de Fuchu, Tokyo. Y, en la ciudad de Vancouver (Canadá) dentro del campus de la Universidad de British Columbia se encuentra el Jardín “Nitobe Memorial Garden” de 1 ha de extensión construido en su homenaje cuyo origen fue el pequeño jardín construido alrededor de un farol de piedra encargado por los miembros de la colectividad japonesa en Canadá junto al Gobierno de Japón en homenaje a NITOBE que fue colocada a 2 años de su fallecimiento. Este jardín fue visitado por Jigoro KANO durante su estadía de Vancouver antes de emprender su último viaje durante el cual lo sorprendería la muerte el 4 de mayo de 1938 a bordo del vapor Hikawa-maru, tras haber partido del Puerto de Vancouver el 23 de abril.
Dedicatoria a su tío Tokitoshi Ota (izq.) y encabezado del Prefacio (der.)
Tal como indica el propio NITOBE en el Prefacio de su libro, el mismo fue escrito con el fin de responder a una duda planteada por su amigo y economista belga Émile L. V. de LAVELEYE 1822 – 1892) cuando se encontraba hospedado en su casa, unos diez años antes de la publicación del libro, acerca de “cómo hacían los japoneses con la Educación Moral al no contar en sus escuelas con Educación Religiosa” y a las “frecuentes consultas de su esposa sobre las razones por las que tales ideas y costumbres prevalecen en Japón”. En el mismo Prefacio, indica “Descubrí que, sin entender el feudalismo y el bushido, las ideas morales del Japón actual son un libro cerrado” y termina “A lo largo del discurso he tratado de ilustrar los puntos que he planteado con ejemplos paralelos de la historia y la literatura europeas, creyendo que esto ayudará a acercar el tema a la comprensión de los lectores extranjeros”.
A propósito de la traducción a varios idiomas, el prefacio agregado en la 10ma edición (revisada) del año 1905 indica que, además de su 8va reimpresión en Japón de su versión en inglés, ya había sido traducido a los idiomas maratí, alemán, checo y polaco y que, en ese momento, estaba siendo y traducido al francés y al noruego, estaba en estudio la traducción al chino, ya había una versión en ruso listo para ser impreso y una versión parcialmente traducido al húngaro. En cuanto a la traducción al idioma japonés por su amigo Onso SAKURAI (1872 – 1929) al que también hizo referencia en el mencionado prefacio agregado fue finalmente publicada en el año 1908, bajo el simple título “Bushido”. Por su parte, la primera edición de la traducción al español realizada por Gonzalo JIMENEZ de la Espada fue publicada en el año 1909.
En dicho prefacio, se refiere también que fue leído por el entonces presidente de los Estados Unidos, Theodore ROOSEVELT (1858 – 1919) quien, al mismo tiempo, lo habría distribuido entre sus amigos.
Primera edición de “Bushido” en japonés del año 1908
Tal como lo reconoce NITOBE en su obra, el “Bushido” no fue creado por alguna eminencia, sino que se trata de un pensamiento que se fue conformando a lo largo de la historia y transmitido de boca en boca. Razón por la cual no es posible precisar su origen, pero la época en que el espíritu del Bushido comenzó a ser respetado e influir hasta en la educación moral de la gente común, trascendiendo la casta de los guerreros samuráis sería posterior al Período Sengoku caracterizado por las guerras intestinas que se desarrollaron entre fines del Siglo 15 hasta fines del Siglo 16, sino será durante el Shogunato de Tokugawa (1603 -1868) una vez entrado en un período de relativa paz y los samuráis, alejados de los campos de batalla, pasaron a dedicarse a cuestiones relacionadas con la administración pública y se les requería una moral política.
Si bien, en la actualidad, los términos “samurai” (侍) y “bushi” (武士) son prácticamente sinónimos al referirse a los guerreros japoneses, originalmente, se denominaba “bushi” (literalmente, “caballero armado”) al combatiente que integra una tropa surgido hacia fines del Siglo VIII, mientras que “samurái” (literalmente, “el que sirve”) es un término surgido más tarde alrededor del Siglo XVI para indicar al “bushi” que se encontraba al servicio de un líder militar y formaba parte de la elite de la casta dominante durante el Shogunato de Tokugawa.
En consecuencia, en Japón no hubo una escritura sagrada como existieron en casi todas las principales religiones del mundo, como el Torá, la Biblia o el Corán, cuyos preceptos sirvieron como guía para la educación moral de sus fieles.
Como antecedentes de libros que trataron sobre la moral de los samuráis se podrían citar a “Hagakure”, una suerte de guía práctica y espiritual de los samuráis dictada por Tsunetomo YAMAMOTO (1659 – 1719) y compilada por Tsuramoto TASHIRO (1678 – 1748), terminada alrededor del año 1716 y uno anterior titulado “Mikawa Monogatari” escrita aproximadamente entre los años 1626 y 1632 por Tadataka OKUBO (1560 – 1639) para el régimen del Shogunato de Tokugawa.
De todos modos, estos libros estaban destinados a un selecto grupo de lectores y no llegaron al público en general y, además, tienen en común el hecho de que fueron escritos en una época de paz en que se les demandaba a los samuráis una formación moral e intelectual, más que una formación marcial.
Sin embargo, estas enseñanzas fueron madurando y arraigándose en la sociedad japonesa a lo largo de los siglos, trascendiendo la casta de los samuráis, hasta llegar a la gente común como los comerciantes y campesinos, a través de la transmisión oral.
No se puede negar que la particularidad del Bushido que adquirió una espiritualidad propia está estrechamente ligada con la práctica sistemática de disciplinas del Bu-jutsu o artes marciales como el Ken-jutsu para su aplicación en el campo de batalla, arriesgando su vida. Las enseñanzas del Bushido son producto de una fusión de las enseñanzas del Zen (Budismo), el Sintoísmo y el Confucianismo que surgen desde la práctica de las disciplinas del Bu-jutsu como el Ken-jutsu. Mientras que el Zen o el Budismo brinda una “sensación de confianza tranquila hacia el destino” y una “sensación de cercanía con la muerte”, el Sintoísmo lo complementa con la “devoción filial”, “respeto a los antepasados” y “lealtad al soberano” y el Confucianismo lo eleva aún más, a través de sus cinco relaciones éticas que constituyen el orden social: entre “soberano y súbdito”, “padre e hijo”, “hermano mayor y hermano menor”, “marido y mujer” y “amigo y amigo”. Así, el Bushido se fue conformando por medio de las más variadas combinaciones de estos factores a lo largo del tiempo.
NITOBE, con el fin de facilitar la comprensión del BUSHIDO realiza una comparación con la “Caballería Medieval” con el que tenía en común aspectos como su origen (necesidad de defender los dominios feudales) y la existencia de los principios del código de honor de la caballería, aunque marca las diferencias, por ejemplo, la estrecha relación de la Caballería Medieval con la religión (Cristianismo), afirmando que “el Bushido no descansa en otro pedestal”.
A continuación, NITOBE se explaya sobre las mencionadas 7 virtudes del Bushido, (1) Rectitud o Justicia (gi), (2) Respeto o cortesía (rei), (3) Coraje (yu), (4) Honor (meiyo), (5) Benevolencia (jin), (6) Honestidad (makoto) y (7) Lealtad (chugi), la educación del samurái, la institución del suicidio y el desagravio, la espada como el alma del samurái, etc.
Nitobe Memorial Gardel (Vancouver)