Continuando con las Notas anteriores tituladas “Técnica y táctica en el kumi-te o agarre” y “El trabajo de las piernas en el “kuzushi” o desequilibrio” en las cuales venimos destacando la importancia del trabajo de las piernas tanto en la disputa por el agarre como en el kuzushi, en la presente, nos referiremos sobre una de las acciones que conectan el agarre con el kuzushi que, en idioma japonés, se denomina “inashi” que se podría traducir en español como “deflexión” o desvío del ataque del oponente para desequilibrarlo.
En español, especialmente en el vocabulario de la física o la mecánica, “deflexión” o el verbo “deflectar” se usan para describir la acción de desviar una fuerza o trayectoria sin detenerla (desviar sin chocar), que es precisamente la esencia de la acción del “inashi”.
En general, cuando uno alcanza un agarre dominante en la disputa por el agarre, trata de iniciar un ataque empezando con el kuzushi, para aprovechar el agarre dominante antes que el oponente recupere el control del agarre. Para desequilibrar al oponente, existen distintos movimientos como empujar, tirar, girar hacia uno de los lados, elevar su centro de gravedad con el trabajo coordinado de los brazos, ejecutar una técnica de ashi-waza como ashi-harai o kosoto-gari, realizar un amague o finta, torsionar el cuerpo del oponente mediante el contacto con el mismo, etc., junto al mencionado “inashi” o deflexión que consiste en desequilibrar al oponente desviando su fuerza. Todos estos movimientos, consisten en aprovechar el desplazamiento del centro de gravedad del oponente para desequilibrarlo, creando un ángulo y una distancia apropiada. Cabe destacar que, en el Judo actual, a través de la sucesión y combinación de estos movimientos, las técnicas de defensa y ataque han alcanzado un alto grado de sofisticación.
Naohisa Takato
La mencionada acción de “inashi” o “deflexión” consiste básicamente en desviar la fuerza del oponente que ataca empujando o tirando, sin recibirla de frente, tratándose de un recurso técnico para obtener una ventaja posicional y desequilibrar al oponente, evitando el choque frontal de fuerzas, sino desviándola con el giro del cuerpo, el desplazamiento del eje y el trabajo de las piernas.
De esta forma, la fuerza del oponente se neutraliza, perdiendo su eje y su equilibrio y desestabilizando su centro de gravedad. En este momento, el oponente está obligado a dar un paso para recuperar su estabilidad y éste se convierte en el instante perfecto para ejecutar un desequilibrio e iniciar la ejecución de una técnica de nage-waza.
Así, el “inashi” que se inicia como una acción defensiva o de una acción para recuperar el control del agarre ante un agarre dominante del oponente, se convierte o se continúa en una acción de ataque.
Las ventajas del “inashi”
La mayor fortaleza del “inashi” radica en su eficiencia para transformar la fuerza del oponente en propia y generar el kuzushi que, a diferencia de otros movimientos de desequilibrio (tirar, empujar, barrer, etc.), que dependen más de aplicar fuerza propia para mover al oponente, se caracteriza por aprovechar el movimiento que genera el propio oponente. Debido a que no requiere el uso excesivo de la fuerza propia y no produce demasiado desgaste que afecte a la resistencia, permite mantener la situación de ventaja en ataque y defensa por un tiempo prolongado, mientras que provoca el desgaste del oponente.
Asimismo, permite aprovechar la intención de ataque del oponente, utilizando su impulso para desequilibrarlo. Por ejemplo, cuando el oponente inicia un ataque empujando o tirando e inclina su cuerpo, al realizar el “inashi” con un movimiento casi imperceptible del cuerpo, puede provocar su desequilibrio sin demasiado esfuerzo.
Así, el “inashi” no solo desvía o neutraliza la fuerza del oponente, sino que permite preparar y ejecutar un ataque de manera casi simultánea. Mientras se guía o desvía la fuerza del oponente, la propia posición y el ángulo del cuerpo quedan alineados para la siguiente técnica de ataque. Esto significa que el desequilibrio del oponente y la acción de ataque se producen prácticamente en un solo movimiento, haciendo que el oponente no tenga tiempo de reaccionar ni de armar su defensa, aumentando significativamente la eficacia del ataque.
También, permite neutralizar la diferencia física con el oponente, haciendo que incluso un judoka más pequeño o liviano que normalmente estaría en desventaja en un enfrentamiento de fuerza, puede anular la presión de un oponente más grande mediante el “inashi” y, de hecho, llegar a desequilibrarlo.
En resumen, la fortaleza del “inashi” radica en que permite neutralizar la fuerza que genera el oponente y, al mismo tiempo, transformarla en energía propia para desequilibrarlo. En otras palabras, es una técnica de desequilibrio que materializa de manera ejemplar el principio del Judo ideado por su creador Jigoro KANO, “Seiryoku Zen’yō”, obteniendo el mayor resultado con el uso eficiente de la fuerza propia.
Hifumi Abe
El trabajo de las piernas
Aquí también, el trabajo de las piernas (ashi-sabaki) cumple un rol fundamental para que el “inashi” tenga el efecto esperado, aunque este trabajo debe estar integrado con el movimiento del torso (rotación de cadera y tronco) y el manejo del agarre.
El trabajo de las piernas es importante desde los puntos de vista de tratarse (1) la fuente del desplazamiento del centro de gravedad, implicar (2) el uso de la fuerza de reacción del suelo y convertirse en (3) la transición hacia la técnica siguiente.
Fuente del desplazamiento del centro de gravedad: El “inashi” consiste en desviar la fuerza del oponente mientras se cambia la posición propia que se logra con pasos, giros y deslizamientos de los pies.
Uso de la fuerza de reacción del suelo: Si los pies no están firmes en el suelo, no es posible desviar la fuerza del oponente solamente con el torso. Apoyando los pies correctamente, se puede recibir la fuerza del suelo, mantener el eje y cambiar ligeramente la dirección de la fuerza del oponente.
Transición hacia la técnica siguiente: Ya que el “inashi” es un movimiento que conduce al desequilibrio que permite pasar inmediatamente a un nage-waza, la posición de los pies debe estar bien ubicada para que sirva como punto de partida de un ataque efectivo.
Asimismo, el trabajo de las piernas se puede clasificar en (1) Okuri-ashi (paso deslizante hacia delante o atrás), (2) Hiki-ashi (paso en retroceso), (3) Mawari-ashi (paso circular) y (4) Ajuste de la posición con los pies (cambio mínimo del ángulo del cuerpo para desviar el tirón del oponente).
Tal lo indicado, el trabajo de las piernas por sí solo no constituye el “inashi”, sino que se trata del primer paso de una secuencia y debe ser completado con la rotación del torso y el manejo del agarre (brazos) para lograr que la fuerza del oponente se desvíe y quede anulada y se genere el desequilibrio.
Takanori Nagase
Generar un ángulo
Aquí, al hablar de “generar un ángulo”, nos referimos al ángulo que se genera para desplazar a nuestro favor la relación posicional entre el oponente y uno mismo (dirección de avance o vectores de fuerza). En la acción de “inashi”, al crear ese ángulo se hace posible no recibir la fuerza del rival de frente, sino desviarla o anularla.
Estando “frente a frente” con el oponente, las fuerzas chocan de frente y s produce una situación más difícil de sostener. Al generar un ángulo, se adopta una postura de medio perfil o en diagonal respecto al oponente, desplazando la posición del cuerpo y de los pies para colocarse en diagonal respecto a la línea de fuerza del oponente y se consigue que la fuerza se desvíe hacia afuera.
La secuencia para generar un ángulo consiste en (1) trabajo de los pies (ashi-sabaki), (2) movimiento del torso (tai-sabaki) y (3) manejo del agarre. En (1) trabajo de los pies (ashi-sabaki), se da un paso lateral hacia afuera, para desplazar la línea de frente del propio cuerpo, en (2) movimiento del torso (tai-sabaki), se rota la cadera para colocarse de medio perfil y así, cambiar la orientación del pecho y en (3) manejo del agarre, se cambia la posición de la mano que tira o de la que sujeta la manga, para girar la línea de los hombros del oponente.
Al realizar estos tres movimientos en forma simultánea, la fuerza del oponente no choca de frente contra nuestro cuerpo, y la fuerza que termina “trabajando en vacío” se convierte en la causa del desequilibrio.
A través de la “generación de un ángulo”, se evita el impacto directo de la fuerza (el empuje o tirón del oponente no se transmite directamente al eje central de nuestro cuerpo), se puede encadenar con un ataque, facilitando la transición hacia técnicas de nage-waza en la dirección del desequilibrio y al mismo tiempo, queda un margen para la siguiente acción, permitiendo ampliar las opciones propias mientras se observa la postura del oponente.
Si bien la aplicación del “inashi” no es una característica privativa del Judo Japonés ya que también lo aplican muchos de los mejores judokas del mundo, se pueden citar a varios campeones japoneses que lo ejecutan con gran destreza como Hifumi ABE, Naohisa TAKATO y Takanori NAGASE, entre los actuales y a Kosei INOUE, Yasuyuki MUNETA y Toshihiko KOGA, entre los históricos. En el caso particular de INOUE, inmediatamente antes de ejecutar su uchi-mata, realizaba un mínimo desplazamiento de sus pies hacia afuera para desviar la presión del oponente hacia afuera y así, pasar a la ejecución del lanzamiento. Sin embargo, uno de los ejemplos más representativos de la aplicación del “inashi” es el sasae-tsurikomi -ashi de MUNETA, inmortalizado en el video del famoso combate con SHODA en cuartos de final del Campeonato Nacional Libre de Peso de 2008. Aquí, en lugar de detener la fuerza con la que avanza el oponente, cambia ligeramente la dirección con el tsuri-te y el hiki-te y en el instante en que se desvía la dirección del centro de gravedad del oponente, lo proyecta bloqueando su avance con el pie.
Muneta vs Shoda

Excelente Artículo!…:
Inashi…”Desde las raíces” del Judo original!!
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