Conocimiento sobre el Japón y el Ju-jutsu (Judo) a comienzos del Siglo XX (Parte II)

Juan Carlos Yamamoto

 

 

 

 

 

El Ju-jutsu en las obras de Lafcadio HEARN y Inazo NITOBE.

Cabe recordar que la mención sobre Ju-jutsu en el libro “Out of the East” de HEARN, publicado en 1895 y considerado como el primer libro publicado fuera de Japón en el que se menciona al Ju-jutsu, se encuentra en el Capítulo VII: “Jiujutsu” donde menciona, entre otras cosas, lo siguiente: “Jiujutsu es el antiguo arte samurái de pelear sin armas. Para los no iniciados parece lucha libre. Si por casualidad entras en el Zuihōkwan mientras se practica jiujutsu, verás una multitud de estudiantes mirando a diez o doce camaradas jóvenes y esbeltos, descalzos y con las extremidades descubiertas, arrojándose unos a otros sobre la estera. El silencio sepulcral puede parecerte muy extraño. No se pronuncia una palabra, no se da ninguna señal de aprobación o de diversión, ni siquiera se sonríe ningún rostro. La impasibilidad absoluta es estrictamente exigida por las reglas de la escuela de jiujutsu. Pero probablemente solo esta impasibilidad de todos, este silencio de los números, lo impresionaría como algo extraordinario”.

“Out of the East” (arriba) y “Bushido: The Soul of Japan (abajo)

 

La narración de HEARN deriva de la observación de las clases de Judo del propio creador del Judo, Jigoro KANO (1860 – 1938) cuando éste fue designado director de la Escuela Superior N°5 de Kumamoto (actual Universidad de Kumamoto) donde permaneció desde 1891 hasta 1893 y también, abrió un Dojo y fundó la Filial Kumamoto del KODOKAN. Fue estando en Kumamoto que KANO conoció a HEARN quien había llegado a Japón en 1890 y había conseguido un cargo de profesor de idioma inglés en la ciudad de Matsue, Prefectura de Shimane y a quien convocó a la escuela de Kumamoto hacia fines de 1891 y donde permaneció hasta 1894 cuando se trasladó a Kobe al ser contratado por el diario en idioma inglés “The Japan Chronicle”. Tras su paso por Kobe, HEARN fue profesor de idioma inglés en la Universidad Imperial de Tokyo, entre 1896 y 1903, cargo en el que fue sucedido por otra personalidad muy vinculado con KANO, Natsume SOSEKI (1867 – 1916) quien sería más tarde uno de los escritores más importantes del Japón y que fue también profesor de inglés de la Escuela Normal Superior de Tokyo, del que KANO era su director desde su regreso de Kumamoto. En 1896, HEARN adoptó la ciudadanía japonesa y el nombre de Ikumo KOIZUMI. A lo largo de su vida, HEARN publicó 21 obras de las cuales 14 están relacionadas con la cultura japonesa entre los que se destaca la colección de cuentos fantásticos y leyendas compiladas en obras como “KOTTO” (1902) y la famosa “KWAIDAN” (1904), llevada también al cine en 1964.

Por su parte, el libro “Bushido: The Soul of Japan” publicado en el año 1899 fue escrito por NITOBE (1862 – 1933) con el fin de explicar a los occidentales (empezando por su esposa norteamericana Mary ELKINTON) la cultura japonesa y la idiosincrasia de los japoneses influenciados por el Bushido o Código de Honor de los guerreros samuráis que lo presenta en forma un tanto simplificada, comparándolo con la idiosincrasia occidental se convirtió en un éxito editorial después de la Guerra Ruso-japonesa y material de lectura obligada para todo político e intelectual interesado en Japón.

La obra de NITOBE, en su capítulo “Educación y Enseñanza de un Samurai” incluye la siguiente mención sobre el Ju-jutsu “El Ju-jutsu puede definirse brevemente como la aplicación del conocimiento anatómico a los fines ofensivos y defensivos. Difiere del pugilato, en que no depende de la fuerza muscular. Difiere de otras formas de ataque porque no emplea arma alguna. Su objetivo no es matar, sino incapacitar para la acción durante algún tiempo”.

Uno de los lectores más famosos de la obra de NITOBE fue Theodore ROOSEVELT (1858 – 1919), presidente de los Estados Unidos entre 1901 y 1909 quien también se interesó en la práctica del Judo, llegando a instalar un dojo o sala de práctica en la propia Casa Blanca donde recibió clases de Yoshitsugu YAMASHITA (1865 – 1935), uno de los llamados “Cuatro Guardianes del Kodokan” quien fue el primer instructor enviado oficialmente al extranjero por el Kodokan y que, por entonces, ostentaba la máxima graduación de 6to Dan (fuel el primero en obtener la graduación máxima de 10mo Dan). YAMASHITA había llegado a los Estados Unidos respondiendo a una invitación realizada por el abogado Samuel HILL quien trabajaba para el James J. HILL, fundador de el Gran Ferrocarril del Norte, partió a los Estados Unidos en octubre de 1903 y regresó en mayo de 1906. Además de dar clases en la Casa Blanca, la Universidad de Harvard y en otros distintos lugares, YAMASHITA fue contratado por 2 años por la Academia Naval de los Estados Unidos (Annapolis) por recomendación de ROOSEVELT quien recibió el Premio Nobel de la Paz en 1906 por su intermediación en la Guerra Ruso-japonesa.

Otro reconocido autor japonés que escribió sobre Japón y su cultura en idioma inglés fue el pensador, escritor y especialista en arte japonés, Kakuzo OKAKURA (1863 – 1913), quien es conocido por la publicación del “The Book of Tea” (El Libro del Té), en 1906 en Los Estados Unidos, pero con anterioridad ya había publicado otros libros tales como “The Ideals of the East” (Los Ideales del Oriente, 1903) y “The Awakening of Japan” (El Despertar de Japón, 1904).

            En el “Libro del Té”, también hay una mención sobre el Ju-jutsu que dice “Las ideas de estos taoístas han influido mucho en todas nuestras teorías de acción, incluso en las de esgrima y lucha libre. El jiu-jitsu, el arte japonés de la autodefensa, debe su nombre a un pasaje del Taoteking. En jiu-jitsu uno busca sacar y agotar la fuerza del enemigo mediante la no resistencia, el vacío, mientras se conserva la propia fuerza para la victoria en la lucha final. En el arte, la importancia del mismo principio se ilustra con el valor de la sugestión. Al dejar algo sin decir, el espectador tiene la oportunidad de completar la idea y, por lo tanto, una gran obra maestra cautiva irresistiblemente su atención hasta que parece que realmente se convierte en parte de ella. Hay un vacío para que entres y llenes toda la medida de tu emoción estética”.

Cabe recordar que el mencionado NITOBE incluyó varias menciones sobre la Ceremonia del Té o Cha-no-yu en su obra “Bushido: el alma del Japón”, tal como “El Chanoyu es más que una ceremonia, es arte fino, es poesía, con gestos articulados por ritmos: es un modus operandi de la disciplina del alma. Su mayor valor reside en este último aspecto. No pocas veces los otros aspectos preponderaron en la mente de sus devotos. Pero esto no prueba que la esencia no fuese espiritual en el fondo”.

Además, la Ceremonia del Té o Cha-no-yu es un tema presente en muchos libros referidos al Japón publicados por autores extranjeros de la época desde el mencionado “Things Japanese” del inglés CHAMBERLAIN hasta “El País del Sol” del mexicano TABLADA.

The Book of Tea (arriba) y Things Japanese (abajo)

 

De esta forma, el Ju-jutsu estaba mencionado en varios libros de lectura casi obligada por parte de todo occidental interesado en Japón, su arte y cultura, lo que contribuyó a su conocimiento y difusión en occidente.

Así, este interés despertado por Japón, su arte y su cultura, se extendió también a las disciplinas de las artes marciales o Bu-jutsu (Budo) encabezadas por el Ju-jutsu (Judo), haciendo que muchos instructores y practicantes japoneses hayan viajado a Europa y Estados Unidos para enseñar y/o exhibirlo en distintos tipos de espectáculos. Esto hizo también que se hayan publicado varios libros de técnicas de Ju-jutsu (Judo) en los primeros años del Siglo XX tanto en Europa como en los Estados Unidos.

La “herencia” de NITOBE

            Si bien NITOBE y su obra tuvieron una gran cantidad de críticos y detractores tanto japoneses como extranjeros que cuestionaron su contenido alegando, por ejemplo, que no se correspondía con las evidencias históricas, está considerado junto al mencionado OKAKURA como 2 de los principales autores japoneses que, a través de sus obras escritas en idioma inglés, contribuyeron a la difusión de la cultura japonesa hacia fines del Siglo XIX y comienzos del XX. Tal es así que la cara de NITOBE se encuentra en el billete de 5.000 yenes (el 2do de mayor denominación) emitidas por el Banco de Japón entre los años 1984 y 2003.

            Como un ejemplo de autores que escribieron sobre Japón y se ocuparon de NITOBE y su obra se puede citar al inglés Basil Hall CHAMBERLAIN (1850 – 1935) que vivió durante 38 años en Japón, entre 1873 y 1911 desempeñándose principalmente como docente de idioma inglés en la Academia Naval Imperial y en la Universidad de Tokyo que en la edición revisada de 1904 de su obra “Things Japanese” (Cosas Japonesas) cuya primera edición fue publicada en 1890, incluyó algún comentario con cierto tono irónico como la siguiente: “Varios japoneses educados en el extranjero tienen libros escritos en lenguas europeas. La obra de este grupo que más ruido ha producido en los últimos años es un pequeño volumen de NITOBE titulado “Bushido, The Soul of Japan”, que expone en estilo popular el sistema de ética práctica que guiaba la conducta de los samuráis de antaño. En contraste un tanto divertido con el entusiasmo patriótico de este autor, está la sombría imagen de la vida familiar nativa dibujada en “Japanese Bride” (La novia japonesa) de (Naomi) TAMURA”.

Código Moral del Judo, según el Judo Francés

            De todos modos, no hay ninguna duda que las 7 virtudes del Bushido de NITOBE (1) Justicia (gi), (2) Respeto / cortesía (rei), (3) Coraje (yu), (4) Honor (meiyo), (5) Benevolencia (jin), (6) Honestidad (makoto) y (7) Lealtad (chugi) inspiraron a los 8 valores del Código Moral del Judo, (1) Amistad (yujo), (2) Autocontrol (jisei), (3) Cortesía (reigi), (4) Coraje (yuki), (5) Honor (meiyo), (6) Modestia (kenkyo), (7) Respeto (sonkei) y (8) Sinceridad (makoto), incorporado por el Judo Francés en el año 1985 y que, posteriormente, fue adoptado por la Federación Internacional de Judo (IJF).

El Código Moral del Judo con los 8 valores que fue introducido por los franceses y resume el carácter educativo del Judo y lo diferencia de otros deportes ha sido una de las claves del éxito del Judo en Francia que, siendo un país con algo más de la mitad de la población de Japón, lo triplica en su cantidad de practicantes.

            Algunos historiadores del Judo también mencionan a NITOBE que coincidió con KANO entre 1907 y 1909 como asesores de la revista “BUTOKU-SHI” de la organización DAI NIPPON BUTOKUKAI fundada en 1895 para promover las disciplinas del Budo, como una de las personalidades que apoyaron la difusión del Judo estando en Europa. Al respecto, se hace referencia a una conferencia dictada por NITOBE en octubre de 1919 sobre la “Lealtad en Japón” en el Club de Artes Marciales “Budokwai” fundado en Londres en 1918 por los maestros de Ju-jutsu, Gunji KOIZUMI (1885 – 1965) y Yukio TANI (1881 – 1950). Esta conferencia se realizó 9 meses antes de la visita de KANO al Budokwai (seguramente, recomendado por NITOBE) en camino a los Juegos Olímpicos de Amberes 1920, durante la cual logró convencer a KOIZUMI y TANI a “pasarse” al Judo de Kodokan, otorgándoles el grado de 2do Dan de KODOKAN y convirtiendo así al Budokwai en la base de difusión del Judo en Europa.

NITOBE, en su rol como diplomático, fue Subsecretario General de la Liga de Las Naciones creado por el Tratado de Versalles firmado el 28 de junio de 1919 durante 7 años, entre 1919 y 1926. Casualmente, fue reemplazado por el diplomático Yotaro SUGIMURA (1884 – 1939), hijo de Fukashi SUGIMURA (1848 -1906), 2do Jefe de la Misión Japonesa en Buenos Aires con sede en Petrópolis entre 1904 y 1906, nacido en la ciudad de Morioka de la prefectura de Iwate al igual que su antecesor, discípulo de Jigoro KANO tanto como pupilo en su academia privada “Kano Juku” como en el Kodokan como judoka, donde llegó al grado de 7mo Dan. Éste, al igual que NITOBE, cumplió un importante papel en la difusión del Judo en Europa, mientras cumplía funciones como primer secretario de la Embajada de Japón en Francia y representante de Japón en la Liga de las Naciones desde 1923, más tarde como Subsecretario General de dicho organismo internacional entre 1927 y 1933, reemplazando a NITOBE, miembro del Comité Olímpico Internacional (COI) entre 1933 y 1936 y embajador en Italia entre 1934 y 1937 y en Francia entre 1937 y 1938. Siendo Embajador en Italia, tuvo una importante participación en la elección de Tokyo como sede de los Juegos Olímpicos de 1940, incluyendo las negociaciones con el propio Benito MUSSOLINI para que Italia desistiera de la candidatura de Roma como sede para dichos juegos.

OKAKURA y KANO

Tanto OKAKURA como KANO que se graduaron en la Facultad de Letras de la Universidad de Tokyo, con 1 año de diferencia, en 1880 el primero y en 1881 el segundo, recibieron una fuerte influencia del filósofo norteamericano Ernest F. FENOLLOSA (1853 – 1908) quien fue profesor de distintas materias como filosofía, política y economía política en dicha universidad. FENOLLOSA quien al llegar a Japón se interesó profundamente en el arte japonés, además de realizar un estudio del arte japonés con OKAKURA como asistente, contribuyó a la creación de la Escuela de Bellas Artes de Tokyo en 1887 del que OKAKURA fue su primer director y FENOLLOSA su subdirector. Éste, al regresar a los Estados Unidos en 1890, fue designado Director del Departamento de Arte Oriental del Museo de Bellas Artes de Boston (cargo que ocuparía más tarde OKAKURA) al que donó su colección de arte que había acumulado durante su estadía en Japón y se convirtió en uno de los más importantes del arte japonés en occidente.

Fenollosa (arriba), Okakura (centro) y Tagore (abajo)

Por su parte, KANO, entre 1878 y 1881, recibió clases de filosofía y ciencias políticas dictadas por FENOLLOSA basadas sobre todo en el idealismo alemán de Friedrich HEGEL (1770 – 1831), el utilitarismo inglés de Jeremy BENTHAM (1748 – 1832) y John Stuart MILL (1806 – 1873) y la teoría del darwinismo social del británico Herbert SPENCER (1820 – 1903). Precisamente, las teorías de Herbert SPENCER divulgadas en Japón principalmente por FENOLLOSA tuvieron una gran aceptación entre los intelectuales japoneses de la época y su obra “Educación: Intelectual, Moral y Física” (1860) ha tenido una gran influencia en KANO tanto como en su función de educador y como en la formulación de los fundamentos del Judo.

FENOLLOSA, tras su regreso a los EEUU en 1890, volvió varias veces a Japón, y la muerte lo sorprendió en Londres, donde se encontraba en un viaje de estudio en el Museo Británico y, durante esas estadías en Japón entre 1896 y 1900, llegó a dar clases de idioma inglés y literatura inglesa en la Escuela Normal Superior de Tokyo del que Jigoro KANO era su rector.

Se cuenta que el poeta y filósofo bengalí y Premio Nobel de Literatura en 1912, Rabindranath TAGORE (1861 – 1941) que trabó amistad con OKAKURA cuando éste visitó la India entre los años 1901 y 1902 y visitó Japón varias veces entre 1916 y 1929, se había interesado en el Ju-jutsu (Judo) y, en 1905, le pidió que le enviara un instructor. OKAKURA presentó a Jinnosuke SANO (1882-1938), recién graduado de la Universidad KEIO que dio clases de Ju-jutsu entre 1905 y 1908 en la Universidad de Santiniketan fundada por TAGORE donde éste también fue su alumno. En 1929, en su última visita a Japón, se entrevistó con KANO para pedirle el envío de otro instructor y el elegido resultó ser Shinzo TAKAGAKI (1898–1977) quien permaneció en la India entre 1929 y 1932.

Por su parte, el hermano menor de Tenshin OKAKURA, Yoshisaburo OKAKURA (1868 – 1936), iniciador de la enseñanza a distancia del idioma inglés en Japón, publicó en el año 1905 en Inglaterra la obra “The Japanese Spirit (El espíritu japonés) que fue muy leído principalmente en Inglaterra. Esta obra contiene varias menciones sobre el “Bushido” con referencias a NITOBE y al filósofo y poeta Tetsujiro INOUE (1856 – 1944), también discípulo de FENOLLOSA y promotor del Bushido y la ceremonia del té, además de la mención sobre la obra “The Ideals of the East” de su hermano.

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